No más de lo que te quiero

Dora despertó en una extraña quietud, demasiado silenciosa, demasiado cercana. Entonces lo sintió. Una mano áspera se deslizó sobre su vientre hinchado. Un aliento caliente rozó su cuello. Todo su cuerpo se tensó de terror.

No se atrevió a abrir los ojos.

El miedo se filtraba como un veneno lento....

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