Capítulo veinticuatro

Bexley

Estirándome en la tumbona, alcancé el vaso alto de mimosa. Los rayos del sol acariciaban mi piel con besos ardientes, y de vez en cuando una brisa sutil pasaba para calmarme. Una canción de pop latino se filtraba desde los altavoces de la piscina, un ritmo evocador y animado que me hac...