CAPÍTULO 73

La bocina roja de alerta sonaba de nuevo en mi nuca. Me sudaban las palmas de las

manos, apoyadas en la encimera de la cocina. Decidí que este juego se parecía más al póquer que al de la gallina. Y era hora de mantener la compostura y ponerle cara de farol.

Sea como sea, esto depende de ti. ¿De qu...

Inicia sesión y continúa leyendo