EPÍLOGO

Dos años después, en una soleada mañana de primavera, la mansión de Albert Drake en las afueras de Seattle estaba inusualmente tranquila. Melanie, con siete meses de embarazo y una barriga que ya no podía disimular ni bajo sus camisetas oversize favoritas de Zelda, se encontraba sentada en el amplio...

Inicia sesión y continúa leyendo