La odio

SARAH

Me miró fijamente.

Me quedé paralizada. No sabía cómo explicarlo. Nadie me había mirado así antes. No con ese tipo de intensidad, esa claridad. No era el odio al que estaba acostumbrada. No era rabia. Ni siquiera era disgusto.

No podía decir qué era. Pero fuera lo que fuera, me mantenía peg...

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