Me tienes presa para ti

Ares llegó a la compañía, sintiendo cierta amargura porque nada se le estaba dando con Rebeca. Lo peor era que la tentación crecía en él con vehemencia. Necesitaba encontrar la forma de hacerla suya para que, así, ella saliera de su mente y él no tuviera que buscarla más, solo cumplir con su objetiv...

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