Compensación

Alfred la abrazó fuertemente cuando Verónica comenzó a llorar, y dijo:

—Protegeremos a nuestra hija.

—Pero Alfred, cada alumno es como mis hijas e hijos. ¿Cómo puedo ponerlos en peligro? Simplemente no puedo soportar el peso de mis pecados por más tiempo.

Alfred le acarició la espalda, decidido a...

Inicia sesión y continúa leyendo