80: Gracias a la diosa

Raegan

Entrecerré los ojos mirándola.

—¿Y no te importa lo que los demás piensen de ti?

Ella negó con su gran cabeza peluda.

—Mentirosa —dije, levantándome y señalándola con el dedo—. Te importa tanto como a mí, por eso te molestaste cuando el Rey y su lobo te descubrieron. No te gusta que...