El rey licántropo y su misteriosa Luna

100 años después

—¡No me toques! No tienes permitido tocarme nunca más.

—Freya, cariño, no seas así. Solo intento ayudarte a bajar las escaleras —dice Alex.

—No necesitaría tu ayuda si supieras cómo no dejarme embarazada. Dime otra vez por qué no usaste protección. Ah, claro. ¡Es porque eres un i...