Capítulo 31 — Quiero que seas mía

Albert la arropo entre sus brazos, Megan se acurrucó en él, sintiendo el calor y la protección de su cuerpo, ella podía escuchar los rápidos latidos de su corazón, ese ritmo fue como un arrullo que fue disipando sus lágrimas y temores lentamente.

Así estuvieron por largos minutos, sobre el colchón a...