Capítulo 9 — ¿es que no te gusto?

— ¡Albert! — La puerta se abrió sin previo aviso, haciendo resonar la voz de una mujer. Albert de inmediato arrugó el entrecejo. — ¿Cómo estás, cariño?

— Rosalyn… — Albert se levantó de su asiento tras el escritorio. — ¿Qué haces aquí?

— Vine a verte, ¿no es obvio? — La mujer se adentró en la oficin...