Capítulo 301 301

Mateo, sentado en el mismo coche que Alaric, se removía inquieto. No era para menos: la presión en el ambiente era aplastante. El aire parecía congelado, aunque el frío no venía del aire acondicionado, sino del cuerpo de Alaric.

Mateo estaba tan tenso que sujetaba su portátil con ambas manos, inclus...

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