Capítulo 25 El corazón de Verona

El aire estaba cargado de ceniza y fuego. Las llamas devoraban edificios enteros, y los gritos de la gente eran un coro desgarrador que me helaba los huesos. Verona se retorcía como un animal herido, y yo estaba en el centro de su agonía.

El cielo se había abierto en dos como una herida sangrante...

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