Capítulo 33 La bajada al abismo

El templo se derrumbaba a mi alrededor. El aire era fuego, los gritos de los guardianes se mezclaban con rugidos bestiales. Dante combatía en la entrada, su lobo destrozando caídos uno tras otro, pero era inútil: la marea no se detenía.

Yo corrí, no hacia afuera, sino hacia abajo.

Los pasadizos...

Inicia sesión y continúa leyendo