Capítulo 67 El rostro de la sombra

El amanecer no tenía color.

Era una mezcla de ceniza y fuego pálido que se derramaba por el horizonte sin llegar a ser luz.

Aria despertó entre los restos de lo que alguna vez fue el campo de flores.

Ahora todo era polvo.

Polvo y silencio.

Se incorporó lentamente.

Su cuerpo dolía, como si cada fi...

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