Estoy en casa

—Mi hembra—me llama Deimos.

Aunque no puedo ver, escucho su voz. Aunque no puedo ver, siento su calor. —Ven—dice él—. Ven a mí, Lumina. Una sonrisa adorna mis labios mientras mi corazón nada en su océano. Si esto es un sueño, no deseo despertar. Quiero quedarme aquí y seguir escuchando su voz.

Sie...