CAPÍTULO CIENTO DIECISIETE

Cuando llegó la mañana, me sentí muy culpable por la cantidad de sexo que tuvimos la noche anterior, ya que Reed estaba bastante enfermo y débil.

—¿Cómo va a mejorar? No conozco a ningún médico aquí— dije preocupada a Lucien mientras ayudaba a su hermano a subir al jet.

—Es un vampiro, nena, no ne...

Inicia sesión y continúa leyendo