¿Quién eres?

Afortunadamente, mi ropa seguía puesta y las cuerdas no estaban tan apretadas alrededor de mí, pero aun así, aunque intentara escapar de esta silla, no sabía en qué dirección estaba la salida ni qué encontraría allí. Quería gritar pidiendo ayuda, pero no quería que mis captores supieran que estaba d...

Inicia sesión y continúa leyendo