Misterios no contados

Al día siguiente, me desperté sintiéndome lleno de energía y renovado, gracias a la lluvia fría. Había aprendido a aceptar mis habilidades inusuales, que me diferenciaban de los demás. Podía soportar temperaturas extremas, acceder a los recuerdos de las personas e incluso obligarlas a confesar sus s...

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