Ridículo

Asmodeus miró a Mammon, no había estado allí para ver lo que había pasado, pero como de costumbre, nunca llegaba tarde para arruinar la fiesta. Asmodeus habló:

—Momo, no seas ridículo, levántate y salúdame como un hermano debe hacerlo.

Momo era un apodo que Asmodeus le daba a Mammon.

—Debo recono...

Inicia sesión y continúa leyendo