Miseria

Mis ojos se abrieron de par en par por la sorpresa mientras escuchaba la historia de mi madre, mi mente tambaleándose con el peso de sus palabras. Sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago, dejándome sin aliento.

No podía creer lo que estaba escuchando. Al terminar de hablar, sentí ...

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