Capítulo 47: Enfrentamiento sádico

—¡Dante...! ¿Qué has hecho? —grité mientras las llamas comenzaban a envolver los alrededores de la casa.

Él frunció el ceño y negó con la cabeza—. No pareces tan impresionada como esperaba. ¿Querías algo más grandioso?

—¿Más grandioso...? ¡Eres un maldito enfermo! —dije antes de escupir en el suel...