Capítulo 300

No puedo quedarme quieto. Cada vez que lo intento, mis piernas empiezan a moverse o mis manos juegan con lo que encuentro cerca. El campamento está tranquilo, los osos ocupados con sus tareas, pero mi mente parece estar fuera de control.

Ash está segura aquí, al menos eso me sigo diciendo, pero no ...

Inicia sesión y continúa leyendo