Deseo por él

No importaba, no me interesaba cuál era su razonamiento, no iba a darle la satisfacción. Quería jugar, así que adelante. Levanté la barbilla.

Leander entendió perfectamente mi lenguaje corporal... y luego una de sus grandes manos acarició el considerable bulto que desafiaba el cuero de sus pantalon...