Capítulo 39

Después de que los trillizos me dejaron sola en la habitación, me recosté y miré al techo por unos momentos. ¿Qué habíamos hecho anoche? La confusión y la preocupación me invadían, pero el cosquilleo de placer aún estaba en mi piel.

Lo único que sabía con certeza era que todos nosotros habíamos con...

Inicia sesión y continúa leyendo