Sabio consejo

Eventualmente, logramos terminar nuestras duchas con Heidi ayudándome a frotar mi espalda y masajear mis músculos tensos. Sus pequeñas y suaves manos se sienten tan bien mientras se deslizan sobre mi piel enjabonada que casi me rindo y la llevo a la segunda ronda.

La observo mientras se lava el cab...

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