Planes mejor trazados

Dante

A la mañana siguiente, Eleni yace extendida sobre mi pecho, sus hombros desnudos asomando por encima de la manta. Su mano está abierta, y el anillo que elegí para ella brilla en su dedo. Sonrío. Ya era hora. Ser "solo una novia" en esta vida la ponía en mucho más peligro. Al menos, eso fue lo...

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