Capítulo 25 ENLOQUECERLA DE PLACER

Su boca por fin llegó para quedarse, y mientras la tomaba con fuerza de las caderas para impedirle moverse, la castigaba con su boca, haciéndola retorcerse de placer, gemir y hasta gritar. Su espalda se arqueaba y las manos tiraban con fuerza de la tela con la esperanza de romperlas y liberarse. Per...

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