Capítulo 50

Damien

—Andrea— Mi miembro late entre sus piernas, y no puedo evitar frotarme mientras la miro a los ojos. —Necesitamos parar...— Sus muslos estaban abiertos, y su cuerpo caliente estaba directamente sobre mi abultada entrepierna.

Andrea

—¿Por qué?— Suspiro, llevando otra fresa con chocolate a mi b...

Inicia sesión y continúa leyendo