97 — «¡Di que eres mía!»

Mi cuerpo tiembla, vibra. Trato de evitar que los gemidos escapen por mis labios entreabiertos y temblorosos. Aun así, es imposible... Especialmente cuando hay un consolador dentro de mi coño, y Julián está embistiendo lentamente, una embestida suave que está abriendo mi otro agujero. Un atisbo de...