Malvado

Joseph

Llegamos al vestíbulo y la vi relajarse un poco. La llevé a mi oficina y le pedí que se sentara. Me arrodillé y apoyé mi cabeza en su regazo. Ella me sonrió. —¿Estás bien, Sol? —Pasó su mano por mi cabello y asintió con la cabeza. —Estoy bien, quería hacerle daño. Creo que puedo entender t...