Viva el rey

Jay

La sostuve cuando se derrumbó, pero su llanto era incontrolable. Tuve que llevarla hasta la puerta, y Henry le dijo que no podía entrar en ese estado. La harían esperar afuera. Como por arte de magia, volvió a poner su cara de reina, aunque podía ver el dolor en sus ojos rojos e hinchados. Má...