La unica mujer con gran riqueza

—señores— el abogado mira a Adams y luego a Alessandro

—¡Está bien, voy a firmar! Aunque me parece una completa estupidez— Alessandro es el primero en firmar y lo hace con arrogancia

—perfecto, señor Adams por favor— el abogado señala el documento con su mano derecha, para que Adams se apresure a fi...