UN MILLAR DE SENTIMIENTOS ENCONTRADOS II


Charlotte estaba en su auto, las manos aferradas al volante. Nerviosa, sintió el impulso de arrancar para alcanzar a Federick y su padre, pero se contuvo. Cerró los ojos y respiró hondo, contando hasta diez para darles tiempo a desaparecer de su vista. Lo que había sucedido fue solo un error de...