SIN MAS OPCIONES

Magdalena  se desvaneció entre los pasillos del gran edificio, mientras que  yo me serví una copa de vino, ella tal vez, no era una mujer mala, sola una mujer arrogante, que pensaba que todo debía estar a sus pies, sin embargo, debía darle una lección a los  Maclovin , en especial a mi suegra y mi e...