¡NO ME VOY A RENDIR!

Charlotte

Mi respiración comenzó a volverse errática, y sentí que mis piernas flaqueaban. Tuve que correr hasta una silla y sentarme, el pálido de mi rostro era evidente mientras negaba con la cabeza en un intento desesperado de entender lo que estaba pasando.

—¡Esto no puede ser cierto! ¡Debe ser...