74. «¡No me toques!»

—Isabelle Nash—

El rápido pitido del monitor cardíaco es ensordecedor, me asusta aún más mientras miro cada rincón de la habitación, mi pecho se aprieta, me ahoga. Mis manos agarran la sábana como si pudiera anclarme a la realidad, pero la habitación a mi alrededor parece girar, deformarse.

Estoy d...