Es tu esclava

MAX

De pie en mi habitación, finalmente vestido, mi mirada se posa en la almohada que Blanca usó anoche y, antes de poder detenerme, me inclino para inhalar su aroma. Su fragancia está por todas partes. ¡Por toda mi cama! No solo su aroma diario, no. Su miel también está ahí, de cuando la hice l...