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—Maldita sea, tienes razón. Este bastardo pica como el infierno.

—Recuerda eso cuando lo uses en tu esclava —dije—. Por cierto, ese mango puede usarse para follar a la esclava, en caso de que quieras pasar del dolor al placer y viceversa.

Él miró el mango y se rió.

—Así es.

Me alegró ver que Jerry e...

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