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JULIA

El Amo tenía que trabajar por la mañana y lo complacimos como siempre lo hacíamos. Esta mañana fui yo quien recibió su semilla, tragándola agradecida. El Amo nos dijo a Lisa y a mí que comenzáramos a escribir todo lo que queríamos de nuestra esclavitud: nuestras necesidades, deseos, problemas ...