068

SCOTT

Mi alarma sonó y me estiré. Los ojos de Zoe se abrieron a mi lado.

—Tus esclavas me dijeron que te gusta empezar el día con una buena mamada —dijo ella—. Debo darte una.

Me reí.

—Claro que te dirían eso. Me encantaría una buena mamada y, según recuerdo de la que me diste bajo la mesa, las tuya...