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JULIA

El Amo no nos siguió dentro de la casa. Fuimos al dormitorio de Sam, a su nueva cama tamaño Alaskan King que habíamos construido para él. Nos hizo sentarnos en la cama.

—Cristo, no puedo creer lo duro que estoy después de eso. Alguien necesita encargarse de esto.

Lisa y yo nos levantamos de ...