CAPÍTULO 54

Maite se fue sin mirar atrás, sin darle el perdón que Marcos necesitaba. Caminaba por las calles abrazada así misma, gruesas lágrimas rodaban de sus mejillas, no hacía por limpiarlas, dejaba que el viento las secara.

Se suponía que debía sentirse satisfecha, llena por lo sucedido, porque al fin Mar...