La persecución de las serpientes

El Diente de la Serpiente ya no era solo un río; era un compañero implacable y rugiente, su corriente turbulenta burlándose de cada paso desesperado de Elara. Las orillas eran una pesadilla traicionera de barro resbaladizo, raíces que se aferraban y ramas bajas que les golpeaban en la cara. Ronan er...

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