El jardín del engaño. Capítulo 26. La grieta en el mármol.

Samir

Golpeé de nuevo. Una vez tras otra.  La puerta vibró bajo mis nudillos, pero ella no se abrió.

Mi respiración era un incendio mal contenido. El pecho me dolía, el corazón parecía querer abrirse paso a golpes de tambor.

—¡Sandy! —rugí otra vez, esta vez con un tono más grave, más amenazante...

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