El jardín del engaño. Capítulo 27. La gemela fantasma.

Samir

El pasillo todavía olía a veneno cuando Zayden me empujó hacia el ascensor. No quise mirarlo. No quería ver en sus ojos lo que yo ya sabía que estaba ahí, desaprobación, decepción… y ese maldito juicio silencioso que me taladra más que cualquier grito.

Mis manos aún ardían. Sentía el pulso...

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