CAPÍTULO 179: AMOR Y ADORACIÓN

La última vez que vi a mi madre, olía a ginebra a las diez de la mañana. Llevaba gafas de sol dentro de la casa y no me miró a los ojos cuando llegué a empacar el resto de mis cosas, poco después de que mi padre y mi hermano fueran sentenciados—a quince y diez años respectivamente.

Y ahora aquí est...

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