CAPÍTULO 98: GRACIAS

Valerie me acorrala después del desayuno.

Instantáneamente, Eliza adopta una postura protectora frente a mí. —Nadie tiene ganas de tus tonterías tan temprano, Val.

Valerie pone los ojos en blanco. —Guarda tus garras, Liza. Vengo en son de paz.

Ella me mira, y su mirada se suaviza. —¿Podemos habla...

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