Capítulo 14

Me paralicé, mi cabeza ya no ideó respuestas estúpidas, ni coherentes, nada, hasta mi respiración pareció desaparecer ante la inexpresiva y penetrante mirada de sus ojos azules. Pasaron segundos, minutos, y ninguno habló. Ella esperaba una respuesta, y tenía que dársela, y aunque tuviera miedo tenía...

Inicia sesión y continúa leyendo