Capítulo 66: el asalto del lobo

Las paredes de la mansión siempre me parecieron invencibles, un reino de hierro y sombra que nadie se atrevería a desafiar. Pero desde la fallida tregua en el sur, el silencio en mis pasillos se volvió un aviso, no una calma. Cada paso resonaba como si anunciara un final.

Sabía que Matteo no se c...

Inicia sesión y continúa leyendo